Un día cualquiera

Desde bien temprano, los mayores se van levantando ayudados por el personal del centro en la ducha, aseo y vestido. Desde el principio del dia se intenta que los mayores colaboren de manera activa en la medida de sus posibilidades.

A esta hora comienzan los desayunos. Café con leche con tostadas con aceite, churros, bizcocho casero u hogaza de pan con aceite, hacen que comencemos el día lleno de energía.

El personal de fisioterapia recibe a los mayores y acompañan al gimnasio para distribuirles en función de sus capacidades

Sobre las 10:15 comienza la tabla de ejercicios diaria, adaptada a la mayoría de nuestros residentes. Una tabla con una duración de 45 minutos que hace de esta parte del día una parte fundamental para ellos. Paralelamente los residentes menos autónomos reciben tratamientos y terapias diferentes y también adaptadas a sus capacidades A las 12:oo y después de un tentempié, son dirigidos para seguir realizando ejercicios de manera más autónoma. Distintos recursos les ayudan en esta tarea: pedaliers, rueda de hombros, aros de colores, mesa de trabajo, escalera y paralelas garantizan un trabajo mucho más completo.

Recibir la visita de las familias convierten este ratito en un momento muy especial.

La comida da comienzo a la 13:30. Los menús, elaborados de manera casera en el centro y con productos naturales hacen de esta parte del día una de las más esperadas por nuestros mayores. Las comidas siempre finalizan con fruta fresca.

La hora de la siesta también es importante. Los residentes descansan en sus habitaciones, pasean por las instalaciones, aprovechan para la lectura o disfrutan de las noticias en las salas comunes.

Merendar también se convierte en un agradable momento. Postres caseros, café con leche con bollería y otros hacen de este espacio una buena manera de comenzar las actividades vespertinas. En este espacio también se aprovecha y se celebran los eventos más significativos: cumpleaños, días especiales, etc.

Dependiendo de la capacidad individual de cada residente, nuestros mayores se dividen en grupos para optimizar mejor nuestros recursos y acuden a musicoterapia o a talleres de psicoestimulación. En la primera parte, el trabajo es mucho más individual y el trabajo más adaptado a cada uno. En la segunda parte y después de un tentempié se realiza un trabajo más grupal fomentando el aspecto social.

La visita vespertina también es un momento muy singular para los mayores y sus familias. Compartir lo que han hecho durante el día es importante para ellos.

Comienza la hora de la cena. Elaborada al momento, ayuda a nuestros mayores a terminar la jornada e ir a descansar.

Los residentes acompañados por el personal del centro van a sus habitaciones y comienza entonces la labor de nuestro personal nocturno atendiendo a las demandas de la noche.